Hace un par de semanas tuve un accidente de bici y me lesioné el brazo, así que había cosas que no podía demostrar. Hago las transiciones de manera que trabajemos desde la tierra hacia arriba y desde dentro hacia fuera y puede ser desconcertante si no lo has hecho así nunca, así que necesitaba apoyo. Pedí a la gente que estuviera familiarizada con mis clases que levantara la mano para que los demás pudieran seguirles si lo necesitaban. El gran número de manos levantadas me lleno de felicidad. Las clases han estado evolucionando desde que abrimos y ahora hay ya una gran cantidad de participantes habituales, una especie de grupo nuclear. Sabemos lo diferente que es practicar individualmente o en grupo, así que la energía del grupo juega un papel importante. Este grupo nuclear está hecho de personas que han elegido la clase conscientemente y esto quiere decir que vienen con un compromiso, una dedicación y una perseverancia que está en la sala para todEs. No solo eso; cuando alguien viene por primera vez se encuentran una onda acogedora y una familiaridad que yo puedo tratar de facilitar pero no puedo crear sola. TodEs contribuimos algo, sea dando la clase o tomándola. Y eso es lo que hace de la clase NUESTRA clase.
PD: Daré la última clase del año el día 31. La Navidad puede ser toda una prueba… ¡Sacúdete parte del exceso, reconecta contigo y parte hacia el 2019 con plena vitalidad!
Gracias a todEs mis alumnEs de Yoga Hub Berlin que me inspiran con su práctica.
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