quietud

twisted and white

Practico vinyasa (secuencias dinámicas en yoga) y me gusta, pero tengo mis dudas sobre ser esclava de una coreografía respiratoria a expensas de la alineación o sobre secuencias que nunca permiten asentarse en los asanas. Igualmente, tengo mis dudas sobre las repeticiones y oscilaciones. Aquí voy con el porqué.

Asana significa asiento. Estando de pie se puede cambiar de lugar, pero estar sentado implica quedarse donde uno está y, al mismo tiempo, en contraste con estar tumbado, permanecer activo. La quietud activa es parte de la esencia de cualquier asana, ya que mantener la postura quieta implica acción.

Articulaciones
Llevar las articulaciones al extremo de su rango de movimiento y mantenerse ahí proporciona una tracción continua sobre ligamentos y tendones que estimula la circulación sanguínea y la regeneración celular. Si la posición no se mantiene, no se obtiene este beneficio. Además, en una posición extrema, rebotar puede generar un impulso que lleve la articulación más allá de sus posibilidades en ese momento y la dañe.

Músculos
El reflejo miotático del músculo hace que responda al estiramiento contrayéndose. Por lo tanto, para poder estirar un músculo, tenemos que inhibir este reflejo. Los rebotes o los tirones disparan este reflejo y, aunque parezca que llegamos más lejos, el músculo en realidad se está acortando a continuación.
En cualquier caso, un asana solo parece estático desde fuera, porque el cuerpo sigue proyectándose, siguiendo una dirección, una intención; no para al alcanzar un punto en el espacio. Incluso en quietud, sigue habiendo movimiento.

Entre los extremos
La mayoría estamos familiarizados con la actividad intensa y con derrumbarnos para descansar. El yoga nos invita a explorar el espacio intermedio: estar activos de manera relajada y estar activamente implicados con nuestro descanso. Los asanas requieren que unas partes del cuerpo trabajen y otras se entreguen simultáneamente. Trabajar los dos extremos de esta polaridad al mismo tiempo desarrolla nuestra conciencia y ejercita nuestra capacidad de elegir y por encima de lo que es hábito y reflejo.

Aburrimiento
Sí, estarse quieto es un desafío. Me confronta con el hecho de que me resulta difícil experimentar lo que hay. Me hace ver lo que hago para evitar ser, simple y profundamente. Es fácil justificar mi deseo de moverme o de salir del asana con el aburrimiento, porque siempre es la misma postura. Pero sabemos que nada es nunca igual; si siento que es igual, es que hay algo de lo que no me estoy dando cuenta. El aburrimiento es la evitación de percibir aquello que ni deseo ni rechazo.

¿Relajarse?
Puedo tener la impresión de que estaba mucho más calmada moviéndome por aquí y por allá, y que estar quieta me está poniendo nerviosa y tensa. Agita una botella de agua y después déjala. El agua seguirá moviéndose un rato más antes de que pueda asentarse, no es que parar la botella haya puesto en movimiento el agua. Si de verdad necesito quemar energía, puedo hacer eso primero. Y después aquietarme. Si queremos hacernos conscientes de todo lo que hay dentro, para poder integrarlo, tendremos que dejar que las aguas se tranquilicen, para poder ver a través de ellas. ¿Qué soy cuándo no hago?

Habiendo dicho todo esto… ¡me encanta moverme! Y según cultivo mi conciencia en quietud, me hago más capaz de mantener esa conciencia cuando estoy en movimiento. Hay un momento para cada cosa. Me parece inspirador el hexagrama 52 del I-Ching, la montaña: la quietud es mantenerse quieto cuando es el momento de mantenerse quieto y moverse cuando es el momento de moverse. Saber cuándo es el momento para cada cosa es el gran desafío… puro arte!

 

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